¿Cómo es que hemos llegado a habitar en sociedades políticas? ¿Por qué razón habitamos en asociaciones donde millones de seres humanos pueden vivir en una relativa armonía? ¿Por qué no vivimos en sociedades donde la regla sea el miedo, la desconfianza y la lucha por la supervivencia? ¿Por qué vivimos en sociedad, es algo natural o fruto de un pacto social? A lo largo de miles de años los filósofos han intentado responder algunas de estos interrogantes y han surgido diferentes posturas sobre el tema, las cuáles explicaré.
De todas las opiniones sobre la pregunta principal de esta disertación, se distinguen dos posturas predominantes: que es que el hombre es un ser sociable por naturaleza, pensamiento de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, y que la sociedad surge de un pacto entre hombres, de un contrato social, pensamiento de Thomas Hobbes, John Locke y Jean - Jaques Rousseau.
La propuesta filosófica aristotélica es la siguiente: La naturaleza, según Aristóteles, no hace nada en vano. El hombre es poseedor de la palabra, con la que se puede manifestar lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto; esta es una de las razones por las que el filósofo griego afirma que el hombre es social por naturaleza. él afirma también que la polis es el resultado natural de esta sociabilidad y, por tanto, no surge ni de manera arbitraria ni por convencionalismo o acuerdo. La finalidad de la polis consistirá en la consecución del bien común de sus ciudadanos, del bienestar material y de la vida virtuosa de cada uno de sus miembros. Este planteamiento aristotélico será refrendado durante la Edad Media por el pensamiento político de santo Tomás de Aquino, que añadirá a esos presupuestos la necesidad de vertebrar esa vida en sociedad que busca el bien común y la vida virtuosa de sus ciudadanos bajo los parámetros de la ley divina.
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se produce una paulatina separación del la política de otros aspectos como la religión y la ética. Este hecho terminará concretándose en la denominada "teoría del contractualismo". En esta, la vida en sociedad no es consecuencia de una tendencia natural inscrita en el ser humano y, este contrato social supondrá la legitimación del Estado, de su poder y de su posible organización. Esta propuesta también presenta una pregunta: ¿cómo sería la vida antes de constituirse la sociedad?. Los pensadores de esta postura filosófica denominaron a esta situación presocial "estado de naturaleza", situación previa en la que se encuentran los individuos antes de formalizarse la vida en sociedad en el que predominan el egoísmo y la ley del más fuerte. Pensadores que defendían esta postura fueron Thomas Hobbes, John Locke y Jean - Jaques Rousseau.
Thomas Hobbes define ese estado como algo que en la práctica resultaría inviable: "El hombre es un lobo para el hombre". De este modo, se propicia la necesidad de establecer un pacto que limite las libertades personales y haga posible la propia existencia. Entonces surge lo que conocemos como Estado, que no tiene un origen ni natural ni divino. Según Hobbes, el poder debía de ser cedido a una persona que tuviera el poder absoluto. Esta era su manera de defender los estados absolutistas de su época.
John Locke sostendrá que la sociedad es fruto de un pacto entre los individuos. Sin embargo, su visión positiva sobre la naturaleza humana le aleja de los postulados absolutistas de Hobbes. Locke distinguirá dos derechos básicos de los hombres del "estado de naturaleza": el derecho a la propiedad privada y el derecho a castigar. Estos dos derechos conducen a una existencia conflictiva, por lo que se llega a la misma conclusión que Hobbes, un pacto social, pero con matices. Se cede el derecho de castigar a un poder legítimo, pero se produce una separación de poderes que imposibilitará el absolutismo. El poder se divide en poder legislativo, poder ejecutivo y poder judicial. Por esto, Locke es considerado el padre del liberalismo político.
Y, por último, Jean - Jaques Rousseau. Rousseau está considerado como un pensador ilustrado por la época que le tocó vivir. No obstante, su propuesta se aleja de los principios de la Ilustración debido a que, según él, el progreso no acarrea una mejora de la condición humana ni de su existencia. Rousseau concibe al hombre como un ser bueno por naturaleza, sin embargo, la sociedad y el progreso corrompe al hombre. En el "estado de naturaleza" que el describe reina la libertad y la igualdad. Su objetivo es volver de alguna manera a este estado idílico para él.
Para finalizar y a modo de conclusión, si yo tuviera que elegir entre una de las dos propuestas, me quedaría sin duda con el contractualismo. Esta es la que más sentido tiene para mí y la que más encaja en mi opinión hoy en día. Ahora, dentro de las variaciones del contractualismo, yo pienso que la más correctas de las tres vistas es la de John Locke. Comparto en gran medida esta postura, pareciéndome lo más correcto la necesidad de la separación de poderes. Respondiendo a la cuestión de la disertación (¿Por qué vivimos en sociedad, es algo natural o fruto de un pacto social?), mi respuesta sería la postura de John Locke.
Buenas tardes Mike, acabo de leer tu disertación y estoy bastante de acuerdo con la conclusión a la que has llegado, bajo mi punto de vista la postura de Locke es la más acertada, ya que pienso que lo que propone Hobbes nunca podría llegar a funcionar puesto que todo depende de una única persona, y es mejor que el poder esté algo más repartido, ya que así es más fácil que todo salga bien y está más controlado por más personas que pueden hacerse expertas para así controlar todo mucho mejor.
ResponderEliminarBuen trabajo, un saludo!
Correcta interacción.
EliminarHas mejorado mucho. Enhorabuena.
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