A lo largo de la historia, los seres humanos se han ido preguntado infinidad de cuestiones, como las siguientes: ¿quién soy yo?, ¿el universo o la realidad tiene un origen y tiene un fin, o es eterno, sin origen y sin fin?, ¿qué es el ser humano?, ¿dios existe?. Sin embargo, hay una pregunta que intrigo a varios filósofos: ¿Qué relación hay entre la mente (alma) y el cuerpo?
A continuación, voy a hablar sobre las posturas de algunos filósofos acerca de este tema.
Comenzaré explicando las posturas de dos filósofos de la Antigua Grecia, Platón y Aristóteles.
Para Platón, el discípulo de Sócrates (por el que se ve muy influido), la realidad se divide en dos partes: el mundo sensible y el mundo de las Ideas, y el hombre era un compuesto irresoluble de alma y cuerpo, en el que la primera está encarcelada en el segundo. Ambos son realidades heterogéneas y esta visión del ser humano se corresponde con un dualismo, que, a su vez, se desprende de su propia visión ontológica. El cuerpo es material y pertenece al mundo sensible, y, en contraparte, el alma es espiritual y permanece en el mundo de las Ideas. Esta última también es eterna debido a que es el principio de movimiento; y principio de conocimiento. Platón concede primacía al alma sobre el cuerpo. Asimismo, este distingue tres funciones en el alma: alma racional, alma irascible y alma concupiscible. La más noble es la racional, que tiene la facultad del conocimiento y es inmortal. En el alma irascible se sitúan el valor y la voluntad, y en el alma concupiscible, las pasiones. Lo que nos propone Platón se denomina como Dualismo Ontológico.
Aristóteles fue pupilo de Platón, por lo que se vio influenciado por él y por Sócrates. Comparte con ellos algunos aspectos, como la posibilidad de un conocimiento objetivo. No obstante, el filósofo lo propone de una manera diferente. Para Aristóteles, el alma tiene tres facultades: nutrición, sensación e intelección. El ser humano posee la de nutrición, sensación e intelección; por lo que tiene una capacidad intelectiva gracias a la última facultad. A partir de esto, Aristóteles considera el ejercicio de una vida intelectiva (vivir conforme a la razón) como el bien supremo. La felicidad reside en el saber y no en la búsqueda de placeres. También defiende que no existe más mundo que el que nos llega a través de los sentidos, por tanto, el hombre no puede ser considerado como un alma encarcelada en el cuerpo, sino como una unidad sustancial de cuerpo y alma. Esta postura de define como Hilemorfismo.
Más tarde, en la Edad Media, hubo dos filósofos que se plantearon este problema, San Agustín y Santo Tomás.
El primero de los dos, San Agustín, está firmemente influido por la filosofía platónica aunque discrepa en varios aspectos de esta dado al cristianismo. Agustín afirma que todo es creación de Dios y, por esto, todo es bueno y el cuerpo no puede ser estorbo ni cárcel para el alma ya que ese cuerpo permitirá al alma realizar sus acciones. En cuanto al alma, piensa que esta no ha preexistido en ningún lugar dado que solo Dios es eterno. Este componente del ser humano es inmortal, pero no eterno. Las operaciones esenciales de esta son conocer, amar y preservar. Por otra parte, Santo Tomás está intensamente influenciado por la filosofía aristotélica. Define al ser humano como unidad sustancial de cuerpo y alma, al igual que Aristóteles. También, sostiene que la felicidad plena solo será alcanzable con la visión beatífica, es decir gozando de Dios.
Ya en la Edad Moderna, Descartes dio respuesta a la pregunta propuesta.
Descartes concibe el universo como un todo ordenado regido por las leyes de la naturaleza, lo que supone un mecanicismo, por lo que ya no hay finalidades en el universo. Su concepción del hombre es que este esta compuesto por la suma de dos sustancias: la sustancia pensante, "res cogitans"(alma), y la sustancia extensa, "res extensa"(cuerpo), es decir, alma y cuerpo, y que estas dos son completamente independientes la una de la otra. A esto de le denomina Dualismo Antropológico Cartesiano. El alma es inmaterial y el cuerpo material. Todo lo material está sometido a las leyes mecanicistas. El alma, al ser inmaterial, no.
En última instancia, mi postura es una mezcla entre aspectos de algunos de los filósofos que aparecen en la disertación. Estoy de acuerdo con Plantón en la parte que explica las tres funciones del alma (racional, irascible y concupiscible), con la parte en que Aristóteles determina que no existe más mundo que el que nos llega a través de los sentidos y con la parte de Descartes en la que considera que el ser humano se divide en sustancia pensante (res cogitans) y sustancia extensa (res extensa) y a su teoría mecanicista, que es la más científica. En resumen, yo pienso que la relación que hay entre alma y cuerpo es que el alma es res cogitans y el cuerpo res extensa, que el alma tiene tres funciones (racional, irascible y concupiscible), que no existe más mundo que el que nos llega a través de los sentidos y que todo esto se encuentra en un universo ordenado regido por las leyes de la naturaleza (mecanicismo).
A continuación, voy a hablar sobre las posturas de algunos filósofos acerca de este tema.
Comenzaré explicando las posturas de dos filósofos de la Antigua Grecia, Platón y Aristóteles.
Para Platón, el discípulo de Sócrates (por el que se ve muy influido), la realidad se divide en dos partes: el mundo sensible y el mundo de las Ideas, y el hombre era un compuesto irresoluble de alma y cuerpo, en el que la primera está encarcelada en el segundo. Ambos son realidades heterogéneas y esta visión del ser humano se corresponde con un dualismo, que, a su vez, se desprende de su propia visión ontológica. El cuerpo es material y pertenece al mundo sensible, y, en contraparte, el alma es espiritual y permanece en el mundo de las Ideas. Esta última también es eterna debido a que es el principio de movimiento; y principio de conocimiento. Platón concede primacía al alma sobre el cuerpo. Asimismo, este distingue tres funciones en el alma: alma racional, alma irascible y alma concupiscible. La más noble es la racional, que tiene la facultad del conocimiento y es inmortal. En el alma irascible se sitúan el valor y la voluntad, y en el alma concupiscible, las pasiones. Lo que nos propone Platón se denomina como Dualismo Ontológico.
Aristóteles fue pupilo de Platón, por lo que se vio influenciado por él y por Sócrates. Comparte con ellos algunos aspectos, como la posibilidad de un conocimiento objetivo. No obstante, el filósofo lo propone de una manera diferente. Para Aristóteles, el alma tiene tres facultades: nutrición, sensación e intelección. El ser humano posee la de nutrición, sensación e intelección; por lo que tiene una capacidad intelectiva gracias a la última facultad. A partir de esto, Aristóteles considera el ejercicio de una vida intelectiva (vivir conforme a la razón) como el bien supremo. La felicidad reside en el saber y no en la búsqueda de placeres. También defiende que no existe más mundo que el que nos llega a través de los sentidos, por tanto, el hombre no puede ser considerado como un alma encarcelada en el cuerpo, sino como una unidad sustancial de cuerpo y alma. Esta postura de define como Hilemorfismo.
Más tarde, en la Edad Media, hubo dos filósofos que se plantearon este problema, San Agustín y Santo Tomás.
El primero de los dos, San Agustín, está firmemente influido por la filosofía platónica aunque discrepa en varios aspectos de esta dado al cristianismo. Agustín afirma que todo es creación de Dios y, por esto, todo es bueno y el cuerpo no puede ser estorbo ni cárcel para el alma ya que ese cuerpo permitirá al alma realizar sus acciones. En cuanto al alma, piensa que esta no ha preexistido en ningún lugar dado que solo Dios es eterno. Este componente del ser humano es inmortal, pero no eterno. Las operaciones esenciales de esta son conocer, amar y preservar. Por otra parte, Santo Tomás está intensamente influenciado por la filosofía aristotélica. Define al ser humano como unidad sustancial de cuerpo y alma, al igual que Aristóteles. También, sostiene que la felicidad plena solo será alcanzable con la visión beatífica, es decir gozando de Dios.
Ya en la Edad Moderna, Descartes dio respuesta a la pregunta propuesta.
Descartes concibe el universo como un todo ordenado regido por las leyes de la naturaleza, lo que supone un mecanicismo, por lo que ya no hay finalidades en el universo. Su concepción del hombre es que este esta compuesto por la suma de dos sustancias: la sustancia pensante, "res cogitans"(alma), y la sustancia extensa, "res extensa"(cuerpo), es decir, alma y cuerpo, y que estas dos son completamente independientes la una de la otra. A esto de le denomina Dualismo Antropológico Cartesiano. El alma es inmaterial y el cuerpo material. Todo lo material está sometido a las leyes mecanicistas. El alma, al ser inmaterial, no.
En última instancia, mi postura es una mezcla entre aspectos de algunos de los filósofos que aparecen en la disertación. Estoy de acuerdo con Plantón en la parte que explica las tres funciones del alma (racional, irascible y concupiscible), con la parte en que Aristóteles determina que no existe más mundo que el que nos llega a través de los sentidos y con la parte de Descartes en la que considera que el ser humano se divide en sustancia pensante (res cogitans) y sustancia extensa (res extensa) y a su teoría mecanicista, que es la más científica. En resumen, yo pienso que la relación que hay entre alma y cuerpo es que el alma es res cogitans y el cuerpo res extensa, que el alma tiene tres funciones (racional, irascible y concupiscible), que no existe más mundo que el que nos llega a través de los sentidos y que todo esto se encuentra en un universo ordenado regido por las leyes de la naturaleza (mecanicismo).
Hola Miguel Ángel, Quería decirte que me ha gustado mucho tu disertación y como has explicado esta, ya que aparecen múltiples filósofos y explicas muy bien que es lo que piensa y cree cada uno, por lo que me ha servido para repasar de cara al examen. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias Ana Pérez, me alegra escuchar esto¡¡
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEatá genial Miguel Ángel, sobre todo me ha gustado como has explicado el pensamiento platónico y su propuesta ontológica, me has ayudado a resolverme algunas dudas !Gracias¡
ResponderEliminarSaludos Miguel Angel Rojo gala, me ha parecido que has realizado un gran trabajo, no obstante no comparo tu opinión acerca de tu visión del dualismo. En mi opinión el dualismo no existe ya que el alma es una invención de los humanos para satisfacer nuestras dudas y preguntas que nos surgen. Saludos terricola
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